lunes, 15 de diciembre de 2008

EL CONSTRUCTIVISMO DEBE ENTRAR AL AULA

EL CONSTRUCTIVISMO DEBE ENTRAR AL AULA

Endris Báez

En las últimas décadas, los espacios de formación docente han sido escenarios de una sistemática, continua y contundente “campaña discursiva” a favor de la conversión del aula en un espacio de construcción del conocimiento en el que el alumno desempeñe el papel principal. De esta inquietud, bien se hace dueño Boggino en “Convivir, aprender y enseñar en el aula” Cap. 5. En ese sentido, Boggino sustenta que la clase debe posibilitar “una experiencia cultural compartida” (pág. 106) y debe ayudar a los alumnos “a construir genuinas estrategias para aprender hoy y seguir aprendiendo en el futuro”. Una gran cantidad de maestros está de acuerdo con que así sea; pero ¿por qué aún la realidad áulica dista mucho de estas pretensiones y estos discursos?

La corriente pedagógica constructivista, iniciada por Piaget como una reacción ante el conductismo, y con la cual nos sentimos identificados, sustenta que para la adquisición del conocimiento el sujeto debe interactuar con el objeto del conocimiento e interactuar con otros. Además propugna porque los contenidos tengan carácter significativo para el alumno o alumna. Aquí, también caben otras preguntas:
· ¿Se crean en nuestras aulas realmente situaciones que permitan a los alumnos un contacto directo con lo que se pretende conocer?
· ¿Se propicia en las aulas una interacción efectiva entre alumnos y entre maestros y alumnos permanentemente?
· ¿Resulta realmente interesante la manera en que se proponen los contenidos a nuestros alumnos y alumnas?
Nosotros, maestros y maestras, nos conocemos; y conocemos las posibles respuestas a estas interrogantes. Sabemos que realidad que se vive en las aulas está muy distante de ese fervoroso discurso que a favor del constructivismo se enarbola en las universidades, aún cuando incluso en estas se desarrollan clases bajo un modelo conductista, autoritario y frío.

Sí, eso que cuestionamos sigue todavía formando parte de nosotros y de nuestras ejecutorias. Sí, eso que anhelamos y por lo cual esperamos no acaba de entrar porque vivimos con nuestra práctica arrojándole la puerta en la cara.

Es provechoso citar en este contexto, una práctica que nos engaña y que constituye una retranca al desarrollo del constructivismo en el aula. Ésta consiste en la asignación fría de las mismas actividades durante todas las clases, bajo el pretexto de que los alumnos y alumnas deben hacer. Pero los propios maestros afirman también que esto garantiza la quietud de la sección. Sin embargo, todos debemos saber que quietud no es sinónimo de avance hacia la apropiación de los conocimientos. El constructivismo que procura interacción, desarrollo a partir del desequilibrio y cuestionamiento de lo previamente conocido no se identifica con un accionar frío y monótono como el llenado de extensos cuestionarios durante la hora de clase.

No podemos pues quedarnos indiferentes ante el imperio de estas prácticas. Máxime cuando se llavan a cabo en nombre del constructivismo.

Es preciso que reflexionemos sobre las características del constructivismo auténtico. Quiero pues, movido por esta preocupación cerrar esta reflexión anotando algunos rasgos del constructivismo que deben asentársenos en las mentes para no borrarse más:
En el constructivismo el profesor:
-- Acepta e impulsa la autonomía e iniciativa del alumno
--Usa terminología cognitiva tal como: Clasificar, analizar, predecir, crear, inferir, deducir, estimar, elaborar, pensar.
--Investiga acerca de la comprensión de conceptos que tienen los estudiantes, antes de compartir con ellos su propia comprensión de estos conceptos.
--Desafía la indagación haciendo preguntas que necesitan respuestas muy bien reflexionadas y desafía también a que se hagan preguntas entre ellos.
-- Las acciones docentes en el constructivismo deben tender a lograr que los alumnos construyan su propio aprendizaje logrando aprendizajes significativos.
-- Las experiencias y conocimientos previos del alumno son claves para lograr mejores aprendizajes.
-- El docente que aspira a ser constructivista debe conocer los principios de esta corriente y conocer el punto de vista de quienes son precursores en el constructivismo para de esa manera tener una base sólida para su implementación.
--- El profesor tiene un rol de mediador en el aprendizaje, debe hacer que el alumno investigue, descubra, compare y comparta sus ideas.

Si deseamos que el constructivismo entre definitivamente para quedarse en las aulas dominicanas, estas reflexiones y las inquietudes que al respecto albergamos deben integrarse ya a nuestra práctica docente.











Endris Báez

lunes, 8 de diciembre de 2008

Entre risas y lluvias nos amamos tu y yo

DÉCIMA DE LA LLUVIA

Unas sonrisas sombrías
cruzaron la habitación
para robar la emoción
del amor que nos unía
Pero fue pródigo el día
Y una llovizna bendita
quebró las risas malditas
ahuyentó los mil demonios
Y confirmó el matrimonio
sin sortijas ni damitas

Llovía en mi corazón
igual que entre las montañas
y como un niño se baña
danzando con emoción
así danzamos a un son
tu en mi cuerpo y yo en el tuyo
!Por Dios que yo no rehúyo!
a recordar la tormenta
que a esta mi carne irredenta
funde con el cuerpo tuyo.